¿Encuentro de dos mundos? Del día de la Raza al Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Formando la memoria colectiva

En la actualidad, celebramos los 12 de octubre como el “Día de la Diversidad Cultural Americana”, apartándonos de todo vestigio de la división de la humanidad por “razas” al que se concibe de forma peyorativa. 

Por: Roberto Candelaressi / Foto crédito: agepeba

Se promueve que el 12 de octubre sea un “Día de reflexión histórica y diálogo intercultural”, no ya la “Conquista de América”, y el proceso que sólo valoró la cultura europea. Hoy apreciamos la diversidad de pueblos indígenas y la variedad de culturas. Sabemos que fue una invasión militar para sojuzgar y explotar a los pueblos y sus recursos. Que a veces fue feroz, y violenta las más de las veces, que el propósito era una culturización forzada, etc. Todo lo cual estaba ACEPTADO por la ÉTICA de la época en Europa, (aunque también se levantaban críticas institucionales, que los reyes -en ocasiones- escucharon). Hablan de la temible Inquisición, que rara vez se aplicó, pero nada dicen de la CORRUPCIÓN que campeó durante la colonia.

Adicionalmente como otro aporte al debate, decimos que la conmemoración de esta fecha, reivindicando la hispanidad, la religión católica y la lengua como rasgos distintivos, comienza impulsada por el gobierno de Yrigoyen, por una RAZÓN de POLÍTICA EXTERIOR. 

La propuesta de esta nota, además de explicar la ponencia del párrafo anterior, es pincelar diversos aspectos de nuestra vida social, que presentan rémoras del Colonialismo, que nunca dejó de imperar del todo. 

LA VERDADERA POLÍTICA ES LA POLÍTICA INTERNACIONAL

Fue en 1917 cuando el entonces presidente don Hipólito Yrigoyen decretó feriado nacional el día 12 de octubre. A partir de entonces, se fueron gestando diversas celebraciones, conmemoraciones y representaciones sobre la fecha en cuestión en estos más de 100 años.

Hipólito Yrigoyen decretó en 1917 el 12 de octubre como feriado nacional (Foto: Archivo General de la Nación).

Consustanciales con sus respectivas corrientes de pensamiento divergentes, emergieron sendas categorías contrapuestas, apartadas y disidentes – en distintos momentos históricos –, para nombrar aquella fecha consagrada. Así fue como se conmemoró el Descubrimiento, el encuentro, el ocultamiento, o hasta el “encubrimiento”, atribuidos al 12 de octubre de 1492, día en que Cristóbal Colón y un grupo de expedicionarios pisaron por primera vez el continente, al que arbitrariamente se designó como América. Comenzando una conquista y colonización de la nueva “otredad”; los indígenas que habitaban estas tierras desde milenios antes. 

Se iniciaba a la sazón un largo y doloroso período de guerras, iniquidades, divisiones, incomprensiones, saqueo, dominación, despojo y muerte.

Luego de revueltas y rebeliones de los naturales que cuestionaban el mal gobierno, los criollos americanos comenzaban a levantarse contra la metrópoli, y luego de 300 años de aquella invasión y con luchas – a veces fratricidas – mediante, se consagraron las independencias de los pueblos. El himno nacional del Río de la Plata, compuesto en 1812, y reconocido y sancionado por la Asamblea del año 1813, tiene contundentes versos que aluden a la perfidia y al latrocinio del imperio español. Pasaron casi 100 años para que se sintetice su letra ocultando sus versos más ardientes, en reconciliación y normalización diplomática de estas tierras con el reino de España, al comenzar el siglo XX.

En 1822, la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata era reconocida por los Estados Unidos. Los designios norteamericanos estaban afectados por la participación comercial británica en nuestro territorio. Un año y medio más tarde (diciembre de 1823), el presidente James Monroe anunciaba también su célebre doctrina “América para los americanos”. Desde esa decisión, y por las distancias y el desarrollo de formación que cada uno de los Estados tuvo, produjo un período de distanciamiento e indiferencia entre ambas naciones que se prolongó hasta la década de 1880, cuando los intentos de establecer el “Panamericanismo” por parte de EE.UU. colisionaron con las elites argentinas por sus estrechas relaciones (e intereses) con Gran Bretaña. En la primera Conferencia Panamericana de 1890, el representante argentino Roque Sáenz Peña (el otro era Manuel Quintana) se opuso a los intentos norteamericanos de un área de libre comercio y unión aduanera enfatizando: “América para la humanidad”, desafiando abiertamente la Doctrina Monroe.

Desde aquella 1ª conferencia y hasta la Primera Gran Guerra, se aplicó una tensa cordialidad, que terminó cuando Estados Unidos ingresó al conflicto bélico pretendiendo traccionar a toda la región. Yrigoyen mantuvo la neutralidad declarada en 1914. El primer presidente radical propuso, además, realizar una Conferencia de países latinoamericanos neutrales, pero las presiones del gobierno norteamericano hicieron fracasar el evento al cual solo asistió México. Las insistentes tentativas norteamericanos para que Argentina declarara la guerra a Alemania, concluyeron con el decreto del 4 de octubre de 1917 que establecía el día 12 de octubre como feriado nacional. Los considerandos del decreto, laudatorios de un pasado hispano y católico, se oponían a una América del Norte anglosajona y protestante. Un edicto fuertemente simbólico que recalcaba el rechazo al Panamericanismo y a la intrusión estadounidense en América Latina. En definitiva, distinguiéndose de la tradición del poder anglosajón, logró cohesionar a los latinos de nuestro continente. 

El flujo migratorio del último tercio del siglo XIX nos acercó a Madrid y más después de la independencia de Cuba, último bastión español en el continente, y su posterior ocupación por Estados Unidos en 1898. Hubo desde el gobierno de entonces, un estímulo a la integración de inmigrantes peninsulares con los nativos argentinos que tenían este origen, y constituían la mayoría de la población. El pragmatismo político y el naciente Panamericanismo estimulado por el imperialismo yankee acercaron definitivamente a España con sus ex colonias y, tras la Unión Íbero-Americana, el 12 de octubre de 1914 se celebró por primera vez la Fiesta de la Raza Española, devenida al año siguiente en Día de la Raza y, más tarde, en Fiesta Nacional de España, Día de la Hispanidad o el Día de Colón.

En 1892, tanto en España como en América, había celebraciones protocolares que daban cuenta del IV Centenario del “Descubrimiento”, resaltando la lengua, la cultura y la religión común y su unión indisoluble en un crisol de razas. En coincidencia, se celebraba el IX Congreso Internacional de Americanistas, justamente, en el Convento de Santa María de la Rábida de Huelva, que albergara previo a sus periplos al propio Colón. A propósito del almirante, es en esta época que se lo comienza a revalorizar, muestra de ello es que desde 1880 tanto en España como en América, comienzan a erigirse monumentos a su memoria.

A su vez, el Papa León XIII en su encíclica Quarto abeunte saeculo escrita con ocasión del 400° aniversario del primer viaje de Colón, toma al “Descubrimiento” como la expansión de la cristiandad tras la figura del genovés. En efecto, en ella el Pontífice también destacó cómo la fe católica de Colón motivó su viaje y lo apoyó en medio de sus fracasos. (N. del A.: en la actualidad está virtualmente comprobado que el italiano era de origen judío, posiblemente marrano, pero ello no obsta para que haya cumplido con la encomienda de llevar a evangelizadores católicos y asentarlos en la nueva tierra).

DESDE EL V° CENTENARIO

Si bien la década del ’90 se caracterizó por la expansión del fenómeno de la globalización en casi todo el orbe, con su impronta de uniformidad y ciudadanía del tipo occidental para todos, propio de la «modernidad», es decir, con sus pretendida a-culturización de los pueblos, también operaron otras experiencias que determinaron un avance en reconocimientos de hecho y de derecho, de identidades étnicas hasta ese entonces ‘sumergidas’, y también se dio en nuestra América la consolidación de organizaciones indígenas a nivel continental.

Así podemos reseñar el Levantamiento indígena de Ecuador (1990) y el alzamiento del ejército zapatista en Chiapas (1994), que cuestionaron aquellas ideas globalistas. A su vez, la creciente urbanización (migración desde la ruralidad) indígena, y el control de territorios autogestionados, fueron construyendo la confianza y la fortaleza en los movimientos sociales de origen étnico para reivindicar antiguos derechos conculcados.

El Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (ELZN) nació en 1983 cuando se creó el primer campamento guerrillero en la Selva Lacandona, en Chiapas (Foto: telesur.tv).

De esa suerte, en el periodo surgieron Instrumentos legales internacionales, como el Convenio 169 de la OIT (1989), la Declaración de los derechos de las minorías (ONU 1992) y la Declaración Americana sobre Derechos de los Pueblos Indígenas (OEA 1997). En ese mismo marco, se incluyó en la reforma constitucional de 1994 en nuestro país, el del inciso 17 del artículo 75 de la Constitución Nacional, que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas.

La conmemoración del V° Centenario, en un ambiente de desregulación y liberalización de mercados, (auspiciado por el Consenso de Washington), fue aprovechado por España para su proyección política exterior hacia América Latina, mediante la celebración de tratados de cooperación e inversiones estatales y privadas españolas. También se emplearon otros instrumentos por parte de la corona española en una suerte de revival del liderazgo ibérico ante sus ex colonias, tales como conferencias culturales, una explosión editorial, premios artísticos comunes a hispanohablantes y numerosas exposiciones. Todo para el intercambio, pero también hubo expresiones a nivel de las naciones latinoamericanas en consonancia con aquel espíritu: en Argentina se replicó el talante de la Expo Sevilla con la Expo-América ’92, por ejemplo.

El marco conmemorativo fue bajo el amparo del lema “Encuentro de Dos Mundos”, un paradigma de la investigación histórica impulsado desde la academia mexicana, que pretendía estructurarse en torno al rescate de la visión de los vencidos (pueblos originarios). Ese “encuentro” era una perspectiva inédita que incluía el coincidir –aún colisionando– de los indígenas, europeos, africanos y asiáticos que habrían forjado la identidad actual de los americanos.

Otros intelectuales discreparon con esa visión, postulando que la misma ocultaba las violencias de la invasión; mientras tanto, las organizaciones sociales indígenas realizaron pronunciamientos públicos, acompañados desde la música y el arte, enarbolando la consigna “Nada que festejar”.

REDESCUBRIENDO LA DIVERSIDAD CULTURAL EN LA ARGENTINA ACTUAL

Ya se dejó atrás el espíritu racista que animó (en la mayoría, inconscientemente) la celebración de esta fecha durante tantos años. Desde 2010 el 12 de octubre es el “Día del respeto a la diversidad cultural”. Aquella idea europea de superioridad a través de categorías raciales, creadas y naturalizadas, fueron herramientas para el dominio sobre las poblaciones nativas (y desde ya, también de los esclavos africanos) que se articularon con aspectos económicos, políticos, religiosos, también de género, dando lugar a una matriz colonial de poder, es decir, mediante los “derechos” derivados de ellas.

Mediante el decreto 1584, emitido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2010, se estableció el 12 de octubre como día del “Respeto a la Diversidad Cultural” en Argentina (Foto: cultura.gob.ar)

El concepto “raza” como elemento identitario, se asoció al “otro” por diferenciación, de otra condición –como los indígenas–, y esos otros debían ser personas dominadas por naturaleza divina, en virtud de criterios morales y religiosos (¿?). El color de la piel fue otro determinante para ser sojuzgado por el blanco conquistador y colonizador. Así los esclavos fueron incluidos en ese encasillamiento; de inferiores a explotar.  La discriminación, el racismo y la xenofobia que aún circulan en la sociedad contemporánea argentina, posiblemente son pervivencias de aquellas clasificaciones coloniales.

Reformular la fecha conmemorativa de una gesta que resulta en muchos aspectos cuestionables y ofensiva para millones de descendientes de aquellos avasallados, por la más digna como es la del Respeto a la Diversidad Cultural, además de ampliar la mirada sobre las alteridades que constituyen la sociedad actual, evidenciando las múltiples poblaciones indígenas, afrodescendientes y migrantes a las que se busca revalorizar en su historia y presente, así como respetar y garantizar sus derechos, busca erradicar aquellos prejuicios sociales arriba citados.

EL APORTE DE LA EDUCACIÓN A LA CONCIENCIA HISTÓRICA

Claramente se distinguen en la tradición educativa argentina, dos perspectivas enfrentadas: la hispanista tradicional, vigente hasta la década de los ‘90, que presentaba a las sociedades nativas como “indios bárbaros”, carentes de toda historicidad. Con la llegada de Cristóbal Colón, se daba el inicio de la “Historia”, y la conquista se expresaba como una heroica gesta militar-eclesiástica, que situaba a América en la senda de la civilización occidental y cristiana. Todo ello, con el respaldo del instrumento didáctico por excelencia tanto para docentes como para alumnos; el manual escolar, desde donde se abordaban mayoritariamente en las aulas, los contenidos establecidos en los diseños curriculares de esa época.

La ley Federal de Educación promulgada en 1993, introduce una reforma curricular que asimila las nuevas interpretaciones elaboradas por la historiografía crítica. Este cambio se ve reforzado con la sanción de la Ley de Educación Nacional (2006), que ratifica los nuevos contenidos en los libros de texto escolares, en consonancia con la visión pedagógica mas crítica y ‘revisionista’ por así decir. Con estas permutaciones, las poblaciones nativas adoptan un rol activo en el proceso histórico, ya no se acepta la cándida visión del “encuentro entre dos mundos”, y la sociedad colonial se la revisa en clave de mayor dinamismo y complejidad; actores con intereses en pugna, estrategias desplegadas, tomas de posición en alianza o confrontación, etc., es decir; el proceso histórico como crónica realista y no mítica o idílica.

Ambas ‘posiciones’ sin embargo, y más allá de haber sido la última oficializada como contenido obligatorio, persisten tensiones entre la historia investigada como fuente, algunos textos escolares con alguna ambigüedad –lo que trasunta ideología del autor–, los procesos de enseñanza y aprendizaje con la impronta de los docentes a cargo y sus íntimas convicciones, y más los «sentidos comunes», existentes como resultado de una sociedad políticamente pluralista, (y por tanto con diversas interpretaciones históricas teñidas por sus propios valores), siguen siendo materia de debate.

PUEBLOS ORIGINARIOS ORGANIZADOS, SU LUCHA.

Las organizaciones que congregan a los pueblos originarios, reconocidos por la Constitución Nacional como pueblos preexistentes a la conquista, fundamentan sus reclamos en el derecho al territorio como base para su organización comunitaria.

Ese colectivo nativo, nucleado en el Encuentro Nacional de Organizaciones territoriales de Pueblos Originarios (ENOTPO) declara que su voz es colectiva y proviene del territorio. Es decir, declaran el territorio como fundamento de su identidad colectiva, reivindicando la propiedad comunitaria como forma de organización social.

Por consenso aprueban un Protocolo que rige su conducta social e institucional frente al resto de la sociedad, y ante las autoridades políticas nacionales, provinciales y locales. En ese documento formal establecen el aprovechamiento sustentable de la Propiedad Comunitaria Indígena «de acuerdo a la cosmovisión de cada Pueblo, sus usos, costumbres, prácticas, valores y conocimientos».

El ENOTPO elaboró un mapa que muestra la diversidad y distribución geográfica de las naciones que conforman el colectivo de pueblos originarios en el territorio nacional. Facilitando así el proceso de decisiones a las autoridades respecto a estas minorías, sus propiedades comunales, el censo demográfico, su hacienda, etc.

La Ley 26.206 ampara el derecho de esas comunidades a una educación intercultural y bilingüe, propiciando «un diálogo mutuamente enriquecedor de conocimientos y valores entre los pueblos indígenas y poblaciones étnica, lingüística y culturalmente diferentes, y propicia el reconocimiento y el respeto hacia tales diferencias». Existen hoy grupos especializados de antropólogos y otros profesionales para abordar toda la problemática que emerge de lo cotidiano.

OTRA MIRADA EN EVOLUCIÓN: LAS MINORÍAS.

Un proceso que marcha lento pero firme, es el reconocimiento del aporte que minorías como los afrodescendientes, realizaron materialmente para el sustento material de la vida colonial y poscolonial, su decisiva participación en la defensa de las provincias del Plata, y su inserción ya como libertos en la sociedad nacional. Esta comunidad hoy sensiblemente reducida, por las guerras, las enfermedades, la miseria de otras épocas, y, por el mestizaje al que se brindaron con otras etnias. 

Se reivindica hoy el sacrificio particularmente de las oleadas originales, seres arrancados de sus pueblos e implantados forzadamente en América. Una trata trasatlántica y esclavitud que hoy interpela a la nación blanca y ‘europea’, la misma cuyo pórtico abriera Colón con su ‘conquista’ y explotación humana.     

Sus descendientes no desaparecieron, sí fueron invisibilizados por Políticas de Estado elitistas (antipopulares) que pretendieron menoscabar su presencia, y que propusieron esa matriz social europea de ‘supremacía racial’ colonialista, que se advierte en ciertas expresiones políticas de la derecha en la actualidad, y que implica condiciones de desigualdad (derivados del sistema de explotación, o esclavista), el patriarcado como ordenador y la estructura de clases «racializada», que todavía hoy nos afectan, como déficits de derechos humanos, de ciudadanía, de género y de racismo.

COLOFÓN

A modo de cierre, resumimos que el debate está abierto, para nada saldado, y en nuestra visión, ello obedece a que las pasiones obnubilan las razones. Entendemos que, en efecto, se trata de “descolonizar la historia”.  “América” no fue descubierta, pues nunca estuvo “cubierta”, florecieron civilizaciones por milenios, solo que los europeos la DESCONOCÍAN.  Apoyamos el cambio de paradigma y el espacio al reconocimiento de una identidad múltiple y una valoración de la inmensa cantidad de culturas originarias que conviven hace siglos en estos territoriosSi el genovés es tomado como chivo expiatorio, cabe recordar que la falta de ética y la gran barbarie en la conquista del Nuevo Mundo fue autorizada por los reyes de la época y por la Iglesia, que dio por buena la apropiación de las nuevas tierras y la conversión de los indígenas al cristianismo con mano de hierro.Como dijo alguien: Acusar a Colón de la responsabilidad del saqueo americano es como culpar a Einstein de las matanzas de Hiroshima y Nagasaki. Se debe preservar la figura del navegante como símbolo de la memoria crítica que hay que estimular, para obligar a reflexiones y explicaciones. Nunca negarla o aborrecerla, pues amén de sus inconductas que se hayan documentado, y la mirada crítica sobre el accionar de muchos de sus sucesores, el progreso que implicó la llegada del europeo en la inserción de muchos de sus hijos en estas tierras, no puede soslayarse a riesgo de cuestionar nuestra propia existencia como americanos. El mundo siempre progresó dominando, sojuzgando, violentando otras civilizaciones. Los propios españoles son el resultado de múltiples fusiones e invasiones que forjaron su sociedad a lo largo de los siglos. La violencia de aquel pecado original no tiene porqué sostenerse ahora, debe reivindicarse derechos y respeto cultural a los vencidos o víctimas de aquel atropello, eso como producto de la ética actual. Creemos que el respeto a la diversidad, es la tolerancia y la armonía que la democracia nos exige, repudiemos al clasismo elitista, al racismo y a la exclusión, pero también reivindiquemos el esfuerzo de nuestros antepasados inmigrados para forjar este formidable crisol de razas que hoy somos.   

*****

Octubre de 2021

Deja un comentario