La violación como acto político de dominación y poder patriarcal

En su columna de cada viernes en el programa de radio Agenda Abierta 21, Patricia Cuesta analizó el detrás de escena de lo sucedido hace pocos días en la violación grupal en Palermo: la impunidad de los victimarios, el rol de los medios de comunicación y las políticas de Estado para frenar la violencia de la mujer ante un nuevo 8M

Por: Patricia Cuesta

Edición: Diego Adur

Es importante hablar, más que de lo que ocurrió esta semana, sobre lo que viene ocurriendo hace años y años. Se habló mucho en estos días acerca de la violación grupal que tuvo lugar en Plaza Serrano, Palermo. No es la primera violación grupal ni será la última. Lo que sorprendió en este caso fue la impunidad con la que se manejaron los violadores: hacerlo a plena luz del día, a las tres de la tarde, en un lugar público y a los ojos de todo el mundo. Probablemente la chica conocía a uno o a varios de las personas que estaban ahí, que terminaron siendo sus violadores. Las imágenes preciada la violación hacen suponer que no estaba en estado de conciencia plena.

Rita Segato plantea algo muy interesante. La violación no está fundamentada en un deseo sexual; No es la libido descontrolada de los hombres, su necesidad, no es eso. Ni siquiera es un acto sexual. Es un acto de poder, de dominación. Es un acto político. Un acto que se apropia, controla y reduce a la mujer a través de un apoderamiento de su intimidad. Es una definición exacta. Si lo que se quiere es participar de una orgía, hay muchísimos lugares donde hacerlo. De hecho, las orgías se practicaban desde la época de los romanos. Eso sería un acto sexual. Esto no fue un acto sexual, fue un acto de dominación y poder. Es el machismo patriarcal. Estos violadores son machistas que se apropian de todo lo que representa a la mujer. Le están gritando en la cara: ‘sos mi pertenencia y con vos hago lo que quiero’.

El rol de los medios de comunicación siempre es complejo cuando suceden hechos de este tenor. Ahora, están pidiendo que no difundan las imágenes de la chica en el estado en que se encontraba, después de haber sido drogada por ese grupo de delincuentes. Esas imágenes son revictimizantes y pueden traer complicaciones de otro tipo. Por otro lado, cuando se conocieron los rostros de los violadores, aparecieron mas denuncias contra ellos: una chica dijo que uno de ellos intentó abusarla cuando tenía 14 años. Otra dijo que le robaron el celular y la llamaron para que vaya a buscarlo al auto.

Claro que es importante el escrache social a estos violadores, además de las condenas que caigan sobre ellos. Sin embargo, existe la posibilidad que la defensa de los perpetradores de la violación argumente que estas nuevas denuncias llegan condicionadas por la difusión en los medios de comunicación de sus imágenes y la Justicia las invalide como pruebas. Por eso  recomiendan no circular las fotos de los violadores.

Muchos de los casos de abuso o violación no son denunciados inicialmente por qué el carácter  ultrajante y humillante para la víctima quien, aun sabiendo que no es su culpa, se siente responsable o no quiere volver exponerse (la denuncia a veces es revictimizante)

Genia escuchado muchas voces sorprendidas porque los violadores eran estudiantes universitarios o alguno,  militante político. Si, son estudiantes, son militantes, son trabajadores. Los encontramos en todos lados porque no son seres de otro planeta. Son personas como cualquiera de nosotras que tienen un grado de perversión muy grande. No es manada, no son animales. Son hombres, hijos del patriarcado. Son quienes se apropian de la intimidad de la mujer en un acto político de dominación. Si lo planteamos en términos de animales o enfermos, lo planteamos en términos de que no son conscientes de lo que están haciendo, como si los justificáramos y por lo tanto son inimputables. Pero no lo son. Saben muy bien lo que hacen. El punto es poder entender qué lleva a un grupo de pibes, que no es el primero y lamentablemente tampoco el último, a planificar algo así. Porque esto fue planificado. Aún no estan los resultados toxicológicos, pero se puede inferir que a la chica la drogaron con alguna de esas sustancias que usan para violar, donde la víctima sabe lo que está pasando, pero no puede reaccionar. De hecho, durante las investigaciones habían pensado que una de las heridas de los violadores las había propinado la víctima, pero no, porque ni siquiera tenía fuerza para defenderse. Fue cuando los vecinos los agarraron a la fuerza. Se quisieron escapar con la chica,  arrastrándola del pelo.

Al respecto, hace unos días Elizabeth Gómez Alcorta, la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, publicó un tweet que fue muy criticado. Allí expresaba esto mismo, que los violadores pueden ser cualquier hombre de tu familia, de tu trabajo o de tu colegio o facultad. La realidad es esa. Cuando hablamos de niñas que fueron víctimas de abuso sexual intra familiar, no hablamos de que los abusadores eran bestias ni animales. Eran el padre, el abuelo, el tío…las personas que debían cuidarlas. Son producto de una cultura patriarcal, es un acto político de apropiación, de poder. Criticaron el Ministerio de la Mujer como un lugar de ñoquis, de militantes políticas, etc. La problemática de la violencia de género es anterior a la creación del Ministerio de la Mujer. Las mujeres son golpeadas, matadas y violadas desde que el mundo es mundo. Lo que se procura con el Ministerio de la Mujer y las políticas públicas que el implementa es empoderar a las mujeres para que puedan salir del circuito de violencia.

“¿Pero vos que hiciste para que te pegue?”

Hace algunos años, una actriz contaba en un programa de televisión que había sido violentada por su pareja. La primera reacción de la conductora fue cuestionar la responsabilidad de la víctima, ¿vos qué hiciste para que te pegue? cómo si algo justificara la violencia del hombre hacia la mujer. Estas políticas activas a las que hacemos referencia son transcendentales para prevenir estas acciones. Es necesario seguir difundiendo y seguir hablando para que las mujeres sepan que no son las culpables. Son las víctimas. El Estado tiene que seguir ampliando derechos para que las mujeres puedan salir del círculo de violencia.

Décadas atrás, las mujeres no tenían muchas opciones ante un vínculo violento. La mujer estaba en su casa y se dedicaba a atender al hombre y a sus hijos. Si al hombre no le gustaba algo, le pegaba un sopapo y la mujer no tenía muchas herramientas para defenderse. Muchas veces, ni su propia familia era refugio.

Afortunadamente, la lucha de cientos de mujeres hizo que las cosas hoy no sean así. El movimiento feminista avanza y las mujeres saben desde niñas cuáles son sus derechos. Y si estos no están legislados, salen a las calles a conquistarlos

Hay que seguir fomentando la educacion sexual integral en la escuela. Muchos niños, niñas y adolescentes han podido identificar y hablar de situaciones de abusos o violencia familiar a partir del dictado de la ESI.

Estamos en un nuevo aniversario del 8 de marzo, el día de la mujer trabajadora. Si bien la mujer ha conquistado  derechos en materia laboral, aún falta mucho. Y cómo la lucha de las mujeres es una lucha colectiva, a la vez de seguir exigiendo igualdad laboral y paridad en los espacios de decisión, también marcharemos por qué se sigan promoviendo políticas de género.

Sigamos trabajando para que se caiga el patriarcado y que los antiderechos no traten de confundir. Muerte al macho no es muerte al hombre. Es muerte a esa cultura patriarcal que hace que algunos crean que la mujer, su cuerpo y su vida son su propiedad.

Este 8 M, marcharemos para celebrar lo conquistado y seguir luchando por lo que falta.

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